Del otoño me gusta todo, hasta el nombre con esa ñ tan bien colocada. No sé si es mi estación favorita, porque la primavera está ahí, ahí, pero me encanta. Y ahora, aquí, todavía más. Porque los veranos son interminables, muy, muy laaargos!
Y tal vez estés pensando «qué estupendo, menuda suerte…», pero no, de verdad, estar pasando calor bochornoso desde principios de mayo hasta finales de septiembre (o más), y sin playa!, no es nada fantástico, qué va! Por no hablar de los mosquitos!
El verano acaba siendo cansino, y el invierno llega casi sin transición, como un hachazo. El otoño dura poco y, como por esta zona hay muchísimos árboles, es hermoso. Por eso hay que saborearlo y disfrutarlo al máximo.
Así que cuando empieza a refrescar y ya puedes dormir del tirón sin el runrún del ventilador, cuando puedes salir a pasear sin morir de deshidratación, o estar simplemente sentada afuera mirando las hojas revolotear, yo revivo.
Los días duran menos y eso es lo que peor llevo, porque me gusta tanto esta luz que desearía más horas…
Aunque, por otra parte, esto te obliga a recogerte más temprano, a disfrutar del sofá y de esas actividades de interior que tenías tan abandonadas. Apetece tejer, hacer ganchillo, coser…, hornear algo rico para merendar, celebrar la suerte de tener un hogar cálido y confortable para reírse de los rigores que se avecinan (que aquí también son de órdago!)… En fin, cosas del otoño.
Como las calabazas, que sobre todo aquí, están tan asociadas al otoño que son una plaga por estas fechas. Todo se tiñe de naranja y todo sabe a pumpkin spice. Yo, sinceramente, prefiero las castañas y la sidra dulce, pero aquí no hay ni lo uno ni lo otro (magüestu, I miss you!)
Así que me puse en plan otoñal y exprimí el tópico pumpkin de lo lindo. Hice esta pequeña guirnalda para colgar en la cocina. Un trabajo fácil y muy entretenido en FPP (Foundation Paper Piecing)
Un par de calabazas, también en FPP, que son los primeros bloques de un mini quilt otoñal que, al paso que voy, acabaré probablemente para el próximo año…
Una tarjeta y un paño de cocina de nido de abeja, en appliqué, para regalar
Y un experimento que estoy haciendo de «patchwork improvisado»
Se trata de ir haciendo los bloques de manera improvisada, cortando las piezas y cosiendo sin apenas medir, sin soporte de papel y sin una idea muy premeditada. Queda algo así, un poco irregular y muy, muy moderno. Es pura diversión, me encanta!
Me apetece seguir y hacer otra versión «improv» de mini quilt otoñal, pero ya veremos, que me conozco…
Pues así se va pasando el otoño, entre paseos por el bosque (que está guapo a rabiar), proyectos de punto (estoy aprendiendo la manera continental de tejer, buf!!!), proyectos de costura y quilting, y pasteles de calabaza. Cosas que apetecen después de un largo verano
Hasta la próxima!
Besos
>¡<
Hola Ana, parece que te pusiste las pilas,me encanta la guirnalda para la cocina, también el resto de bloques y la tarjeta de felicitación, que es lo que le pusiste para hacer el apliquilt???
Porque me gusta mucho la idea .
Lo poco que sé ve del paisaje es precioso.
Un besin Ana y a disfrutar de la costura.
MARI. 😍😍😍😍
Hola Mary! Disculpa q no te haya contestado antes, pero, no entiendo por qué, no me llegó la notificación!
Las tarjetas las hago igual q si fuera una aplicación en tela! O sea q pego las telas con fliselina sobre el papel y luego hago la aplicación a máquina. Me encantan!
El paisaje por aquí es una pasada. Se parece bastante a Asturias, pero sin mar. Por eso es más extremo, más frío (friísimo!) en invierno y mucho más calor (y humedad!) en verano. El otoño y la primavera duran tan poco q ni te enteras, y pasas de los 30 grados a los 8 en 4 días!!! Ahora está todo guapísimo, pero en un par de semanas ya estará todo pelado y gris, invierno total!!!
Un abrazo grande!😘