A veces ocurren estas cosas. Estás dos años preparando un acontecimiento con muchísima ilusión y en el último momento sucede algo que a punto está de desbaratarte todos los planes.
A veces, afortunadamente, la cosa queda en un pequeño susto…
Estos corazones los hice de prisa y corriendo con ayuda de Karla. Son para numerar las mesas de un banquete de boda, la de Lore, que unos días antes se despertó con la cara hinchada por un flemón de proporciones alarmantes y tuvo que lanzar un SOS.
Así que nos pusimos manos a la obra. Buscamos los números por internet. Son como de stencil. Los pegamos en el lino con fliselina y los aplicamos a máquina (freehand)
Luego les dimos forma, los rellenamos con floca y los recortamos con las tijeras de zig-zag
El resultado… ya lo podéis ver, fantástico!
Los dejamos así, tal cual, porque eran para colgar, pero también quedarían guapísimos insertados en un palito de brocheta y pinchados en algún soporte. O con letras en vez de números y formando una guirnalda…
Y ahí va uno con mi número de la suerte. Esta foto me encanta, creo que la voy a usar mucho. ¡Una pena que no sea una libélula en vez de una mosca…!
Por si tenéis curiosidad, al final todo se solucionó y la novia iba guapísima.
¡Enhorabuena, Lore!
PD: Para las que no la conozcáis, otro día os enseño la mantina rosa que está debajo de los corazones.
Besos